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Omitlán es un pueblo pequeño y tranquilo, enclavado en una de las zonas más verdes del estado de Hidalgo, rodeado de belleza y paisajes naturales, esto lo convierte en un sitio ideal para la práctica del ecoturismo, senderismo o bicicleta de montaña. 
Dentro del poblado podemos pasear por la Plaza o Alameda Juárez, ubicada entre las calles de Independencia y Avenida Juárez (en el centro); la plaza es típica de un pintoresco pueblo, con su quiosco, fuente y jardines perfectamente arreglados. Data de entre los años 1870 y 1880. Cuenta con prados amplios y verdes donde se encuentran frondosos árboles de eucalipto, álamos y pinos.

           

Parroquia de Nuestra Señora del Refugio
Cercana a la plaza se encuentra la 
Parroquia de Nuestra Señora del Refugio. Data del año 1850, de estilo renacentista en su construcción.
Es una característica singular de este pueblo el que su templo no se ubica en la plaza principal, como en la gran mayoría de las poblaciones de México. Fue fundada por frailes agustinos. En sus inicios solo era una capilla, posteriormente, en el año 1858, se reconstruyó para convertirse en la iglesia actual, dedicada a la Virgen del Refugio. Cuenta con un campanario compuesto por 3 niveles y en él se encuentran 7 campanas. Aunque modesta y austera, la iglesia se haya en perfecto estado. El predio comprende el templo, la sacristía, el bautisterio, el atrio y un cementerio. La celebración, en honor de Nuestra Señora del Refugio, se celebra el día 4 de julio; se festeja realizándose ceremonias religiosas en el templo, juegos pirotécnicos, juegos mecánicos, bailes populares, puestos de comida típica; además, se llega a realizar una muestra astronómica.
A unos metros de la Plaza Juárez se encuentra el mercado municipal, donde podrás adquirir artesanía y comida; junto a éste mercado se levanta la Peña del Diablo, con una altitud de entre 30 y 40 metros, sus paredes son ideales para practicar el rappel, alpinismo, y escalar en tramos cortos.





Cascada Bandola
En los alrededores del poblado podemos admirar bellos paisajes rodeados por el verdor de la naturaleza; ejemplo de ello es la cascada Bandolaque se ubica a 7 kilómetros de la cabecera municipal, en los límites con El Chico. Es una caída de agua que nace de los manantiales de la zona montañosa de Mineral del Chico, lugar que invita a entrar en contacto con la naturaleza. Depende del afluente proveniente de las montañas que rodean la región, razón por la cual el espectáculo tiene mayor intensidad en la temporada de lluvias.

Peña del Zumate
En la región de El Zumate se ubica la Peña del Zumate. Esta es una formación rocosa que se alza sobre el bosque, es ideal para el senderismo, ya que se puede subir por ella a pie y apreciar el paisaje hidalguense, también aquí se practica seguidamente el motocross.

Omitlán se identifica principalmente por sus manzanas, de las cuales elaboran infinidad de platillos típicos; así como su exquisito caldo de hongos silvestres, la sopa de elote, los elotes hervidos, los esquites, los riquísimos hongos, la barbacoa, los tlacoyos y la flor de maguey (Hualumbos). Podrás encontrar vinos, licores, rompopes, tamales, atole, pan de pulque, dulces de leche y dulces regionales irresistibles para cualquier visitante.
La época de la manzana y la pera (Junio-Septiembre) le ha dado a Omitlán gran influencia de visitantes, que se recrean el paladar saboreando estas ricas frutas, visitan la alameda Juárez, el jardín principal, sus huertas de manzana, entre otras muchas actividades que te ofrece el prospero Omitlán de Juárez.

LA LEYENDA DE LA PEÑA DEL ZUMATE
Esta leyenda cuenta que el día 24 de junio de cada año, a las 00:00 horas, se abre dicha peña y que al entrar a ella encontramos una ciudad de duendes. Se dice que en esta ciudad cada minuto es un año, por lo consecuente se pierde la noción del tiempo al salir.  
Para poder salir de la peña y de esta ciudad de duendes, uno tiene que ser exacto en el día y hora, ya que solo se abre por un instante, en ese momento. Quien entre a la ciudad de duendes saldrá años después, encontrándose con que el tiempo ha transcurrido, así que tenga cuidado, quizá encuentre un duende que lo invite a su ciudad.



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