Esta pequeña ciudad, quizá la más antigua de las capitales de México, concentra en sus calles una gran colección de testimonios históricos.
El estado de Tlaxcala es el de menor tamaño de la Republica Mexicana, lo mismo que su capital que ahora visitamos. La ciudad se puede cruzar a pie de un extremo a otro; en un radio de 7 kilómetros aproximadamente, a partir de la plaza central, hay varias poblaciones distintas, con su iglesia que las identifica.
Tlaxcala (en náhuatl “lugar de tortillas”) esta ubicado entre colinas a orillas del rio Zahuapan, la ciudad originalmente se asentó sobre una zona plana de aproximadamente un kilómetro cuadrado, rodeada por esas colinas; por lo que ahora las construcciones modernas se han alzado sobre éstas hasta unirse con los poblados de las zonas elevadas. Este crecimiento hizo desaparecer poblaciones que en antaño estaban separadas de la capital y las unió a ésta, tal fue el caso de Ocotlán. La mayoría de los edificios son recientes, y las pocas casas antiguas que permanecen en pie han sido acondicionadas como tiendas y oficinas, por tal motivo es difícil calificar a Tlaxcala como una ciudad colonial.
Tlaxcala es una colección de monumentos, zonas históricas y lugares tradicionales, esta colección incluye joyas únicas del arte mexicano, arte mural, algunas de las primeras construcciones hechas por los españoles; además de un conjunto de tradiciones únicas y antiguas, recuerdos que han sobrevivido al tiempo gracias al orgullo tlaxcalteca.
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CENTRO HISTÓRICO
Tlaxcala es una colección de monumentos, zonas
históricas y lugares tradicionales.
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SANTUARIO DE OCOTLÁN
El templo es una de las joyas del barroco
por la originalidad de su fachada;
todo el conjunto (torres y cuerpo) impresiona.
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FOLKLOR
Tlaxcala se presenta como un estado alegre y
lo demuestra en el orgullo que tienen por sus
tradiciones, costumbres y celebraciones.
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